Esta ha sido nuestra tarta auto regalo para esta fecha tan señalada.
Sencilla en tonos blancos grises y negros. Sencilla en acabado y, sencilla en decoración...
Pero intensa y consistente en el sabor, robusta de los pies a la cabeza.
El interior, bizcocho de limón con relleno de chocolate blanco. Una combinación que me vuelve loca... La mezcla de ácido con dulce me parece estupenda. El ácido potencia el dulzor del chocolate, pero a su vez deja pasar pequeñas chispas de limón que le dan una gracia especial. Y el aroma es espectacular. En este caso creo que casan a las mil maravillas.
Después de cortarla, pensé que podría haber preparado una salsa de limón para acompañar en el plato, aunque con un toque de helado, sabor limón por supuesto, tampoco le hubiera ido mal . Aunque tendrá que ser para otra ocasión . Esos acabados hay que pensarlos antes, para tenerlo todo listo en el momento de servir.
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